Brotes, el superalimento

Los brotes son de los pocos alimentos que todavía están vivos cuando los consumimos. Son los embriones de futuras plantas y, por tanto, se encuentran en pleno desarrollo y nos aportan un montón de sustancias nutritivas que, además, el organismo asimila fácilmente.

Ricos en vitaminas y minerales, los germinados son un concentrado de nutrientes que estimulan los procesos digestivos, aportan gran cantidad de antioxidantes (vitamina C, betacarotenos, etc.) y casi no contienen calorías.

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Los brotes son un ser en el momento de arranque de la vida, y por esta razón están llenos de sustancias preparadas para nutrir la planta en crecimiento. De las propiedades que tienen destacan siguientes:

  • Predigestión de las proteínas

Las proteínas de la semilla se transforman en sus componentes (los aminoácidos); de esta manera son más fáciles de digerir. Algunos alimentos que causan flatulencias y problemas intestinales −como las legumbres− son más fáciles de digerir cuando están germinados.

  • Transformación de los hidratos de carbono

La sustancia de reserva de la semilla (el almidón) se transforma en glucosa, que es más fácil de digerir y de aprovechar su energía.

  • Cantidad elevada de clorofila

Es un pigmento que confiere la coloración verde y se encarga de hacer la fotosíntesis −proceso que ayuda a transformar la energía luminosa en energía. Se trata de una sustancia rica en magnesio y de estructura similar a la hemoglobina, que nos ayuda a combatir la anemia con la formación de glóbulos rojos.

  • Aumento de las enzimas

Las enzimas son unas sustancias que facilitan la digestión de los alimentos y que aseguran el correcto funcionamiento de las reacciones químicas del organismo. En los germinados, el contenido de enzimas es muy elevado, pueden contener hasta cien veces más que la planta o la semilla.

Cambios que producen los brotes sobre el organismo

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Los brotes tienen una acción depurativa sobre el organismo. Son un alimento ideal para consumir al principio de la primavera, para que nos puedan ayudar a eliminar los excesos que hemos ido acumulando durante el invierno y que nos hacen encontrar tan mal −la conocida astenia primaveral− cuando empieza a llegar el calor.

En la medicina tradicional china, los germinados se utilizan durante esta estación de rejuvenecimiento y florecimiento para depurar el hígado y ayudarlo a liberarse de tóxicos. Además de la mejora de la anemia, también se les atribuye la propiedad de reducir la presión sanguínea, de reforzar los intestinos, de nutrir el pelo, de aliviar el nerviosismo e incluso se utilizan como diurético moderado.

Cultivar brotes en casa

Los brotes germinados se comen crudos. Aprovecharemos este apartado para explicarles cómo se pueden hacer crecer en casa:

  1. Poner en remojo durante una noche una cantidad pequeña −dos cucharadas soperas o tres− de semillas, cereales o legumbres.

  2. A la mañana siguiente, se debe tirar el agua del remojo.

  3. Colocar el alimento en un frasco de vidrio de boca ancha (puede parecer un detalle sin importancia, pero no lo es, ya que tenemos que poder poner la mano para sacar los brotes que crecerán en el fondo).

  4. Llenar de agua el bote, un dedo por encima de los brotes (es importante utilizar agua sin cloro porque podría inhibir su crecimiento) y tapar la boca del bote con una gasa y una goma.

  5. Volcar el bote de vidrio para sacar el agua sobrante (deben quedar húmedos pero no anegados de agua).

  6. Dejarlos reposar en un lugar que sea cálido pero sin luz directa (por ejemplo, un rincón oscuro de la cocina). Por la noche habrá que volver a repetir la operación de regado.

  7. Seguir regando y cambiando el agua dos veces al día durante tres o cuatro días, mientras se deja reposar el cuenco en un lugar que sea cálido pero sin luz directa

  8. Al cabo de estos días empezarán a crecer unos brotes pequeños que se deben colocar durante todo un día en un lugar soleado (por ejemplo, cerca de una ventana) para que hagan la fotosíntesis y se active la preciada clorofila.

  9. A partir de aquí solo queda degustarlos; se pueden poner en las ensaladas.

Y recuerden que una pequeña cantidad −una cucharada sopera por persona y comida− es suficiente para aportarnos los nutrientes. No abuses de ellos y comas demasiados de una sola vez porque te podrían sentar mal (gases, hinchazón, etc.).

Finalmente, una vez que tengas a punto los brotes, guárdalos en la nevera y consúmelos en dos o tres días, porque pierden valor nutritivo.

De cultivo ecológico:

Es importante utilizar semillas, cereales o legumbres de cultivo ecológico para hacer los brotes, ya que necesitamos que sean tan limpios y libres de productos químicos como sea posible.

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Son perfectos para acompañar ensaladas o para añadir a batidos verdes. Con una pequeña cantidad al día es suficiente para conseguir todos los beneficios que nos pueden aportar.